domingo, 20 de enero de 2019

¡Voy a comprar gafas por primera vez! ¿Qué debo saber para elegirlos bien?


Usualmente cuando vamos a comprar los primeros anteojos en la óptica pensamos solamente en el aro y las marcas. Hay muchas cosas que se deben valorar para elegir correctamente el aro para la graduación que nos corresponde. Por eso es muy importante hacer el examen de la vista primero para saber la graduación.

El optometrista siempre recomendará los materiales y filtros que serían más adecuados para el lente del paciente y posteriormente elegimos el aro. Los aros los hay de muchas marcas, tamaños, colores y formas, por lo que algunas veces nos perdemos en cuanto a la elección.  



Hay varios puntos que hay que señalar antes de hablar de todo lo demás. Lo primero es que al elegir un aro, el ojo debe quedar bien enmarcado dentro del lente, no debe deslizarse por la nariz y no debe sentirse demasiada presión detrás de las orejas pero si debe estar bien sujeto para que no mueva de la posición correcta; esto es especialmente importante en personas que usan lentes progresivas o bifocales. Algunas personas son alérgicas a ciertos materiales, así que es importante mencionarlo. Hay que verificar que el borde inferior del aro no toque la mejilla y por su puesto, sería ideal que tengamos una idea general del color, estilo y las de actividades que hacemos para ahorrar tiempo a la hora de elegir.  

También podemos decidir según la forma del rostro, aunque también depende un poco de los gustos de cada quien. Algunas veces esto no es exactamente preciso. Sin embargo, si hay una idea general de cómo nos favorece más cada forma dependiendo del tipo de rostro.


Aquí un resumen: 



Los aros pueden ser de plástico, metal, combinados, acetato, de flexon, de titanio, nylon, acero inoxidable, madera y oro, y estoy segura que por ahí debe haber otros materiales más exóticos pero bueno… Lógicamente hay que definir lo que nos gusta pero siempre tomándo en cuenta que el espesor de los lentes puede afectar en cuanto a peso, calidad óptica y la apariencia de los ojos. 

Los aros de tipo “completo” generalmente tienen una montura de una sola pieza y las patillas. Este tipo de material es perfecto para graduaciones altitas porque disimula bastante el espesor del lente. Es bastante cómodo por el hecho de que no tiene tantas piezas y si son en plástico se puede “ajustar” un poquito si le ponemos algo de calor. Frecuentemente suelen ser en ese material pero podemos encontrar aros de este tipo en flexon, titanio, madera, etc.


Luego tenemos los aros con muchas más piezas, solo en metal o con combinaciones entre metal y pasta o semi al aire. 





Para personas con problemas en el tabique nasal definitivamente usar aros con plaquetas es lo ideal porque permite modificarlas un poco para hacerlos más cómodos para el usuario. Si no agregamos mucho más peso con el lente, este es un aro muy elegante, práctico y fácil para combinar con muchos looks (si, porque hay gente que se enfoca en la parte estética debido a los trabajos que tienen).   
Están los que tienen piezas separadas y conectadas al lente directamente, estos aros al “aire” son muy livianos. Este tipo de aros yo no los recomiendo para personas con graduaciones muy altas, porque los lentes más gruesos no se ven tan lindos en este tipo de montura aparte de que si puede dar algún defecto óptico por la entrada de luz en los bordes del lente.


Los niños pequeños deberían utilizar, por seguridad y comodidad, aros más flexibles, sin partes metálicas y mucho peso. Además los lentes siempre deben ser de materiales más resistentes como el policarbonato.  


Para deporte lo ideal es usar aros que cubran más el rostro aunque los diseños de los lentes pueden verse condicionados por la forma muy curva del aro. En lentes progresivas es complicado pero si se pueden hacer.





Para terminar, hay que tomar en cuenta que si estamos acostumbrados a un diseño de aro, la sensación óptica general que vamos a tener puede sentirse extraña al cambiar de diseño a otro demasiado diferente o a uno mucho más grande de lo que estamos acostumbrados. Esto realmente no es muy problemático siempre que tengan claro que puede ser que pasemos algunos días un poco mareados y realmente no se deba a la graduación si no al cambio en el tamaño del lente porque cambiamos a un aro más grande o a otro material.

Bueno, eso sería por hoy. Espero que les sirva si pronto tienen que elegir nuevos aros y que encuentren lo que los haga sentir únicos y especiales, pero sobre todo que puedan ver bien y se sientan cómodos. 

¡Saludos a todos y pura vida! 



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