Usualmente cuando vamos a comprar los primeros anteojos en la óptica pensamos solamente en el aro y las marcas. Hay muchas cosas que se deben valorar para elegir correctamente el aro para la graduación que nos corresponde. Por eso es muy importante hacer el examen de la vista primero para saber la graduación.
El optometrista siempre recomendará los
materiales y filtros que serían más adecuados para el lente del paciente y
posteriormente elegimos el aro. Los aros los hay de muchas marcas, tamaños,
colores y formas, por lo que algunas veces nos perdemos en cuanto a la
elección.
Hay varios puntos que hay que señalar antes de
hablar de todo lo demás. Lo primero es que al elegir un aro, el ojo debe quedar
bien enmarcado dentro del lente, no debe deslizarse por la nariz y no debe
sentirse demasiada presión detrás de las orejas pero si debe estar bien sujeto
para que no mueva de la posición correcta; esto es especialmente importante en
personas que usan lentes progresivas o bifocales. Algunas personas son
alérgicas a ciertos materiales, así que es importante mencionarlo. Hay que
verificar que el borde inferior del aro no toque la mejilla y por su puesto,
sería ideal que tengamos una idea general del color, estilo y las de
actividades que hacemos para ahorrar tiempo a la hora de elegir.
También podemos decidir según la forma del rostro, aunque también depende un poco de los gustos de cada quien. Algunas veces esto no es exactamente preciso. Sin embargo, si hay una idea general de cómo nos favorece más cada forma dependiendo del tipo de rostro.
Los aros pueden ser de plástico, metal, combinados, acetato, de flexon, de titanio,
nylon, acero inoxidable, madera y oro, y estoy segura que por ahí debe haber
otros materiales más exóticos pero bueno… Lógicamente hay que definir lo que
nos gusta pero siempre tomándo en cuenta que el espesor de los lentes puede
afectar en cuanto a peso, calidad óptica y la apariencia de los ojos.
Los aros de tipo “completo” generalmente tienen una montura de una sola
pieza y las patillas. Este tipo de material es perfecto para graduaciones
altitas porque disimula bastante el espesor del lente. Es bastante cómodo por
el hecho de que no tiene tantas piezas y si
son en plástico se puede “ajustar” un poquito si le ponemos algo de calor. Frecuentemente
suelen ser en ese material pero podemos encontrar aros de este tipo en flexon,
titanio, madera, etc.
Luego tenemos los aros con muchas más piezas, solo
en metal o con combinaciones entre metal y pasta o semi al aire.
Están los que tienen piezas separadas y conectadas
al lente directamente, estos aros al “aire” son muy livianos. Este tipo de aros
yo no los recomiendo para personas con graduaciones muy altas, porque los
lentes más gruesos no se ven tan lindos en este tipo de montura aparte de que
si puede dar algún defecto óptico por la entrada de luz en los bordes del
lente.
Los niños pequeños deberían utilizar, por
seguridad y comodidad, aros más flexibles, sin partes metálicas y mucho peso. Además
los lentes siempre deben ser de materiales más resistentes como el
policarbonato.
Para deporte lo ideal es usar aros que cubran
más el rostro aunque los diseños de los lentes pueden verse condicionados por
la forma muy curva del aro. En lentes progresivas es complicado pero si se pueden
hacer.
Para terminar, hay que tomar en cuenta que si
estamos acostumbrados a un diseño de aro, la sensación óptica general que vamos
a tener puede sentirse extraña al cambiar de diseño a otro demasiado
diferente o a uno mucho más grande de lo que estamos acostumbrados. Esto
realmente no es muy problemático siempre que tengan claro que puede ser que
pasemos algunos días un poco mareados y realmente no se deba a la graduación si
no al cambio en el tamaño del lente porque cambiamos a un aro más grande o a otro material.
Bueno, eso sería por hoy. Espero que les sirva si pronto tienen que elegir nuevos aros y que encuentren lo que los haga sentir únicos y especiales, pero sobre todo que puedan ver bien y se sientan cómodos.
¡Saludos a todos y pura vida!