miércoles, 20 de febrero de 2019

¡Llegaron los 40!

¡Pero si esta es en definitiva la mejor época! Llegar a esa edad es una bendición, hay que valorar cada minuto de vida que tenemos y ser agradecidos si además tenemos buena visión.




Cada década trae cambios que tenemos que hay que ir asimilando y aceptando porque mientras más resistencia más problemas para adaptarse en el futuro. Les digo esto por que una de las situaciones que más me pasan en consulta es que llegue un paciente que acaba de cumplir entre 40 y 45 años, me diga que ve mal de cerca y cuando le explico que empezó la presbicia se deprime e incluso me ha tocado pacientes que se pusieron a llorar. Creo que todos tenemos que tomar el envejecimiento como parte del camino y hacerlo con mucha dignidad. Vivir 40 años y haber acumulado todo ese tiempo de experiencias y de recuerdos no tiene precio. Así que tener que usar un antiojito para la compu o para leer en la noche con más luz no es nada. Si es verdad que es un cambio difícil de asimilar, sobre todo para personas que nunca han usado anteojos, pero no es el fin del mundo. Hay soluciones y eso es lo más importante.



Ahora, refresquemos el concepto de presbicia. La presbicia es un cambio fisiológico del ojo que ocurre específicamente en la función acomodativa (la cual es la encargada del enfoque de cerca) usualmente después de los 40 años. Al volverse más lento y difícil el enfoque empezamos a sentir muchas cosas: desde tener que alejar todo lo más que se pueda hasta que no alcance el brazo, a tener visión borrosa también de lejos, dolores de cabeza o sensación de presión en la frente, la sien, la cuenca del ojo, sensacion de sequedad, se siente ardor o ganas de tener los ojos cerrados después de haber leído unas cuantas páginas de algún libro,  etc. Además, la prescibia disminuye un poquito la sensibilidad al contraste, por lo que se necesita más luz para leer que antes.


¿Suena feo? ¿Ya estamos viejos? Pues no. La presbicia no tiene porqué convertirse en algo amargo. Además no se manifiesta exactamente a los 40 años, ya que las molestias se presentan de acuerdo a las necesidades de cada persona y su propios cambios en el proceso acomodativo. A algunos les gusta decirle “vista cansada” pero, como ya les he comentado en otros post, a mi no me gusta usar ese término porque vista cansada podemos tener todos, aunque algunos dirán que lo que tenemos los demás es fatiga visual... son formas de hablar, pero la presbicia es la presbicia y no debería tener más nombres. El tema con la presbicia es que no es algo que se detenga, más bien progresa con los años y cada vez ocupamos un poquito más de ayudas para ver mejor de cerca. No es solamente en cuanto al “aumento” de los lentes, es también un asunto de percepción de colores, calidad de la imagen, sensibilidad a la luz, etc. Es bien importante que tengamos claro qué tipo de paciente somos. Si somos de los que usan computadora todo el día, si somos de los que conducimos 10 horas al día, de los que leemos esporádicamente, o por el contrario, no paramos de leer, o el que es joyero, costurera, diseñador, manicurista, etc. Cada uno lo va a vivir de forma distinta y es por eso que tiene que ser algo muy personalizado.



Si usted es de los que tiene un abuelo que lee sin anteojos el periódico, déjeme contarle que está frente a un posible miope no corregido haciendo gala de su capacidad para ver de cerca, aún siendo présbita. Por eso decíamos que todos lo vivimos de forma diferente y podemos adaptarnos según las necesidades que tengamos. También van a escuchar mucho eso de “no use gafas para no poner perezoso el ojo”. La realidad es que hay gente con una capacidad visual muy buena y poca necesidad visual cercana. Personas que no trabajan con computadoras diariamente dificilmente van a necesitar un anteojo para leer de cerca y si sumado a ello tienen buena función acomodativa definitivamente no necesitan en ese momento usar algún tipo de corrección. Sin embargo, eso no quiere decir que retrase el avance de la presbicia, simplemente que la compensación óptica no es necesaria aún. Contrario a las personas que se desgastan más porque trabajan con la vista cercana muchas horas al día.  Estos posiblemente requieran de alguna gafa con poquito aumento para “relajar”.

Para hacerse una mejor idea lo correcto es hacer un examen de la vista completo para determinar si los cambios que estamos teniendo se deben a la presbicia o hay algo más. Actualmente en el mercado de óptica existen muchas opciones para compensar la presbicia, desde gafas de lectura, lentes multifocales y hasta lentes de contacto. También en el área de oftalmología existen opciones quirúrgicas aunque éstas dependen de otras condiciones para poder aplicarse.



Lo más lindo de todo esto es que nos vamos conociendo a nosotros mismos, a nuestro cuerpo y lo aprendemos a entender y a sentir los mensajes que nos da. No tengamos miedo de cumplir años y tener que cambiar muchas cosas de la rutina, tengámosle miedo a no aceptar los cambios de la mejor manera y vivir lamentándonos por el tiempo que pasó. Los que llegan a 40, 50 o 60 años y pueden ver aún teniendo que usar gafas gozan de un privilegio que algunas personas no podrán tener.

Y para los que leen hoy el post y aún no están ni cerca de los 40 años, piensen en el futuro… el tiempo pasa y la vista es un tesoro que hay que cuidar. 

Saludos a todos, pura vida.



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